CÍRCULO DE CIBERLECTURA
ÍNDICE
Noticias.- Folia Humanística 5(2):2025
Comentario de libros.- ¿Ética o ideología de la inteligencia artificial? El eclipse de la razón comunicativa en una sociedad tecnologizada.
Webs de interés.– Cochrane Library.
Artículo comentado. – Challenges and opportunities for generalist practice in the era of technology and AI
Vídeo recomendado.- Ética y moral (Adela Cortina).
NOTICIAS
*Folia Humanística: En el último número de Folia Humanística 5(2):2025 (Open Access) encontrarás: https://revista.proeditio.com/foliahumanistica/issue/view/688
TEMA DEL DIA: ENFOCAR Y DESENFOCAR. UNA PROPUESTA. Gemma Torrell Vallespín, Abel Jaime Novoa Jurado. Los clínicos que aplican un enfoque generalista realizan para cada paciente un trabajo de alta complejidad que podría compararse con la utilización de una lente u objetivo fotográfico: enfocan y desenfocan.
PENSAMIENTO ACTUAL: EL CINE COMO AULA EN LAS CIENCIAS DE LA SALUD. Alberto López García-Franco, Concha Álvarez Herrero.
UNA APROXIMACIÓN A LOS VALORES EN LA PRÁCTICA CLÍNICA DESDE LA PERSPECTIVA DEL PROFESIONAL ASISTENCIAL. Salvador Casado Buendía.
ARTE, SALUD Y SOCIEDAD: COMUNICANDO EN PATIO DE VECINAS. Zahira Galindo Salmerón. Relato autobiográfico.
EL ARTE DE VER LO QUE DUELE: CRÓNICA DE UN MÉDICO-FOTÓGRAFO. Carlos Almendro. Poesía en prosa.
COMENTARIO DE LIBROS
¿Ética o ideología de la inteligencia artificial? El eclipse de la razón comunicativa en una sociedad tecnologizada.
Autora: Adela Cortina
Editorial: PAIDÓS. 2024
La autora analiza en este libro temas de máxima actualidad, tanto en el espacio público, como en otros espacios más restringidos de la sociedad: espacios académicos, científicos, tecnológicos, económicos etc.
Ya en el prólogo, la autora, nos hace ver la preocupación que demuestra ante la llegada de la inteligencia artificial que, sin negarla en ningún momento, sino todo lo contrario, apostando por la ciencia y el progreso, nos advierte de que “el primer deber de la ética de la ciencia es no engañar”. No se puede confundir la ética con la ideología, la cual también está presente en un campo, aparentemente neutro, como es la propia ciencia. “¿No se está calificando como ciencia lo que no lo es, para atraer suculentas inversiones, conformar las mentalidades e incluso ganar en la competencia por el orden mundial?”

Y una preocupación que muestra y demuestra a lo largo de todo el libro, intenso en contenidos, es el hecho de que “triunfa una vez más la razón estratégica, que pasa a ocupar todo el espacio público, y se produce el eclipse de la razón comunicativa. Es esta una pésima noticia si queremos fortalecer la democracia, que es una tarea urgente, porque está en peligro en el ámbito mundial”.
La autora se pregunta si aquello que nos hace humanos: lenguaje, dialogo, deliberación, motivaciones, sentimientos subjetivos, autoconciencia, autonomía, libertad, responsabilidad, etc., se podría dar en máquinas inteligentes, programando en ellas una mente moral, por tanto, sujeta a responsabilidad y acreedora de derechos, de tal modo que la condición biológica pudiese ser sustituida por un sustrato de silicio. Se situarían estos sistemas inteligentes al mismo nivel que aquello que según Kant forma parte de la naturaleza humana: escuchar la voz del deber o alcanzar aquellas predisposiciones que sólo tienen los seres humanos: “sentimiento moral, conciencia moral, el amor al prójimo y el respeto por sí mismo”. ¿Dónde quedaría la libertad, dentro de esa conciencia moral, que muestra al hombre su deber en cada caso concreto?
Y nos plantea qué se entiende por una ética de la IA, ¿se pregunta si realmente la IA puede tener una ética desde la que actúa, o más bien se trata de una ética con la que los seres humanos deben actuar para servirse de la IA? ¿Se trata de que los seres humanos utilicemos los sistemas inteligentes como instrumentos o que puedan llegar a sustituirnos y utilicen sus propias normas y valores? ¿Se trataría de ampliar el término persona dotada de dignidad y de derechos a estas inteligencias artificiales?
El libro plantea la posibilidad de estar ante tres tipos de éticas al hablar de la inteligencia artificial:1. “La ética propia de las superinteligencias” al estilo de lo que piensa el transhumanismo y el posthumanismo. 2. Construir un marco ético de una IA confiable para orientar el tratamiento humano de los sistemas inteligentes especiales y 3. Abordar el desafío de la creación de máquinas éticas que se comporten como colaboradoras de los seres humanos”.
Si nos quedamos en el punto dos debemos conocer, al menos, que desde el 2019 en el marco de la Unión Europea existe un marco ético “humanocéntrico, aunque señalando que una de las metas consiste en respetar la naturaleza. Los sistemas inteligentes son instrumentos para mejorar la vida humana y la naturaleza, y no “fines en sí mismos” y además a los cuatro principios clásicos de las éticas aplicadas añaden un quinto: la explicabilidad y rendición de cuentas y la trazabilidad que estarían ligados al principio de autonomía, pues los afectados tienen derecho a controlar el uso de sus datos y a conocer los algoritmos que los manejan.
Los principios clásicos de las éticas aplicadas se reformularían según nos dice la autora en el principio de beneficencia que exigiría ahora poner los progresos al servicio de todos los seres humanos y la sostenibilidad del planeta; el de no maleficencia, que ordenaría evitar los daños posibles, protegiendo a las personas en cuestiones de privacidad, mal uso de los datos, la posible sumisión a decisiones tomadas por máquinas y no supervisadas por seres humanos; el principio de autonomía de las personas que puede fortalecerse por el uso de sistemas inteligentes […] y el principio de justicia, que exige distribuir equitativamente los beneficios.
Con respecto a algunas teorías éticas para los sistemas inteligentes, sean cuales sean, la autora nos propone tres:
El primero sería un enfoque de arriba abajo que trata de “integrar reglas en los robots, presumiblemente algorítmicas y programables”, bien en el sentido kantiano deontologista, las reglas éticas valen por si mismas, o bien en el sentido utilitaristas que miden la corrección de las reglas por sus consecuencias.
Un segundo enfoque sería de abajo arriba, siguiendo el modelo aristotélico de la ética de la virtud, teniendo en cuenta los contextos de la acción, la emociones y la experiencia; y un tercer enfoque, híbrido, que es por el que se decanta la autora, “que operaría sobre la base de un marco de principios éticos y lo adaptaría a contextos morales específicos, tomando en cuenta inductivamente las experiencias de esos contextos”.
Explicado de otro modo: “se trataría entonces de trabajar en dos niveles estrechamente conectados entre sí: diseñar un marco, contando con las teorías éticas acreditadas y, dentro de él, articular las normas y las reglas adecuadas para el razonamiento, la decisión y la actuación obtenidas a partir de las particularidades y las experiencias concretas de los afectados en ese ámbito”.
Adela Cortina también nos traslada su preocupación con la utilización que se está haciendo con la posibilidad de tener un mundo interconectado gracias a las nuevas y recientes tecnologías, pues lo que podría ser una manera de alcanzar un “nosotros democrático que alcanzara a todos los seres con capacidad de decidir” se está convirtiendo en un peligro para la veracidad de la información, pues nos dice que lo contrario a la verdad es el error y se puede subsanar, pero lo contrario a la veracidad es la mentira y esta puede alcanzar niveles planetarios de modo prácticamente instantáneo.

Analiza la palabra “posverdad la cual es uno de los términos que ha venido a caracterizar nuestra época a través de las redes y los medios de comunicación” y mira a la Real Academia Española para definir la posverdad: “es una distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Los demagogos-se añade- son maestros de la posverdad”. O apelando al Diccionario del uso del español de María Moliner “mentir es decir cosas que no son verdad para engañar” existe pues, la intencionalidad de difundir bulos fabricados deliberadamente como, dice la RAE, que “socavan la pretensión de veracidad indispensable para lograr la comunicación”.
Para evitar este mal, planetario, apela al “logos para interpretar el mundo social y natural, en conjunción con los demás seres humanos […] desde el vínculo de intersubjetividad que nos constituye.” Y nos urge a recobrar el cosmopolitismo, ahora más que nunca en un mundo tan tecnológico e interconectado como en el que vivimos, apuesta por una conversación global con interlocutores actuales y virtuales, siempre desde el enfoque que tanto Ortega, como Scheler, -dentro de su teoría de los valores-, daban a la verdad como un valor intelectual y a la veracidad como un valor ético, sujeto a la voluntad de los hablantes. Pues la veracidad no es una cuestión de conocimiento sino de voluntad, nos dice la autora. Apartarnos de dogmatismos y apostar por la educación ayudando a formar una ciudadanía democrática y cosmopolita, recuperar la razón comunicativa frente a la meramente estratégica o instrumental, donde todo es comercio y mercancía, es una necesidad. Y para la autora la Inteligencia Artificial (IA) debe estar al servicio de los seres humanos, un instrumento que nos ayude desde la educación y la comunicación a conectarnos “para estrechar la intersubjetividad entre los seres humanos y cuidar la naturaleza. Para lograrlo es preciso educar en esa unión de corazón y razón que desde hace tiempo vengo llamando razón cordial”, en palabras de Adela Cortina.
Juan Carlos Hernández Clemente
Madrid, 2025
WEBS DE INTERÉS
Biblioteca Cochrane: revisiones de las evidencias científicas
https://www.cochranelibrary.com/

Debo decir que me encanta el nuevo aspecto de este popular portal. Pero más allá de la estética, ¿podemos decir que el impacto de esta Biblioteca es relevante? Todos los profesionales alguna vez u otra la hemos consultado, y para ponerla en valor podemos apelar a estas cifras:
9346 Revisiones Cochrane publicadas
+125 000 000 revisiones Cochrane completas leídas en la Biblioteca Cochrane en los últimos 10 años
66% de las nuevas guías de la OMS de los últimos 5 años citan al menos 1 revisión Cochrane
54 272 traducciones de nuestros resúmenes en términos sencillos
20 idiomas en los que compartimos evidencia sobre salud
49 % de personas traductoras voluntarias provienen de países de ingresos medios y bajos
158 000 miembros y seguidores de Cochrane
2500 personas en nuestra Red de Pacientes y Público
200 países y territorios representados en nuestra red
La Biblioteca ofrece revisiones sobre los temas más actuales y variados. Para poner algunos ejemplos, sus revisiones han influido en cómo se trata el dolor lumbar, la depresión, el covid persistente, el eccema, el párkinson o el TDAH, entre otros.
También ha modificado la atención habitual a muchos grupos de personas, como las mujeres de parto, los bebés, quienes necesitan una transfusión de sangre, un cateterismo o rehabilitación, personas con trastornos mentales y personas mayores que han sufrido una caída o una infección.
Pablo Oliveras
Murcia
ARTÍCULO ESPECIAL
Challenges and opportunities for generalist practice in the era of technology and AI
F. Borrell Carrió and J. Vidal-Alaball, Challenges and opportunities for generalist practice in the era of technology and AI, Revista Clínica Española, https://doi.org/10.1016/j.rceng.2025.502367
El documento aborda los desafíos y oportunidades para la práctica médica generalista en la era de la tecnología y la inteligencia artificial (IA). Recomiendo al lector interesado que sobre todo lea las tablas que acompañan el artículo, pues contienen ideas novedosas y prácticas. Por la brevedad de estos resúmenes no me resulta posible señalar las muchas propuestas e ideas seminales que los autores nos lanzan, pero trataré de resumir lo más importante.
Los autores señalan las siguientes oportunidades para la Medicina Generalista:
- La práctica clínica generalista está experimentando un renacimiento gracias a la educación continua, el acceso a tecnología avanzada y el uso de IA.
- Estas herramientas permiten a los médicos ofrecer atención más compleja, basada en evidencia y personalizada.
- La educación continua debe enfocarse en transformar hábitos clínicos, promoviendo la reflexión sobre los valores del paciente y la seguridad clínica.
Los autores introducen dos conceptos que intuyo son de gran interés futuro: la flexibilidad cognitiva y la metacognición.
- Podemos entender por flexibilidad cognitiva rectificar y no rehuir la perplejidad. Reconocer la incertidumbre y ser capaces de articular recursos para, aún sin saber un diagnóstico, saber al menos el camino más adecuado para llegar a mayor certeza.
- La metacognición consiste en darnos cuenta de emociones y sentimientos que cruzan nuestra conciencia. Se sugiere pasar consulta con otro colega, que puede actuar como observador, o grabar la entrevista para posteriormente analizarla. Los escenarios de rectificación serían situaciones que se proponen a discentes, con el propósito de obligarles a rechazar las primeras hipótesis o prejuicios que alteran el proceso discursivo.
Las aplicaciones tecnológicas , como ecógrafos portátiles, estetoscopios digitales y sistemas de telemedicina, suponen un enorme avance. La IA puede optimizar la anamnesis clínica, puede guiar una ecografía, o interpretar una imagen radiológica, pero además mejora la gestión organizativa, como la programación de citas, ajustando los tiempos de consulta según la complejidad del paciente. Es crucial garantizar el acceso equitativo a la tecnología y la formación, evitando desigualdades en la atención médica.
¿Cuál puede ser el rol de la Inteligencia Artificial?
- La IA puede actuar como consultor clínico, supervisor de prácticas y herramienta para detectar perfiles poblacionales.
- Puede detectar perfiles de práctica clínica subestándar, así como aquellas áreas de diagnóstico o tratamiento en las que el clínico debe mejorar.
- Se recomienda validar los sistemas de IA existentes en lugar de desarrollar nuevos, asegurando su calidad y seguridad.
- Los profesionales deben elegir herramientas de IA que se adapten a sus necesidades y que cuenten con sellos de calidad.
Desafíos y Precauciones
- Existen creencias erróneas sobre la IA, como la idea de que disminuirá la necesidad de estudiar. En realidad, lo más probable es que los clínicos estudien de manera más racional y profunda.
- Es importante que los clínicos mantengan su juicio crítico y no dependan exclusivamente de las recomendaciones de la IA. En este sentido proponen un indicador de conformidad: excesiva conformidad con las propuestas de la IA puede alertar de una falta de criterio.
- La responsabilidad de los resultados clínicos recae en el profesional humano, no en la tecnología.
Conclusiones
- Los avances tecnológicos deben complementar los valores humanistas de la medicina, como la comunicación y la ética.
- La formación en nuevas tecnologías es esencial para que los médicos se mantengan actualizados y puedan ofrecer atención de calidad.
- Las instituciones deben proporcionar la tecnología necesaria y facilitar la formación continua, asegurando que los médicos desarrollen un juicio clínico sólido y habilidades de reflexión.
Se me ocurre pensar que vienen buenos tiempos para el generalismo. El saber experto perderá valor a favor de un enfoque sistémico, próximo a los valores de cada persona, y por consiguiente, las habilidades de comunicación pasarán a un primer plano. En realidad siempre lo han estado. Pero hay dos grandes retos: 1- alfabetizar a los profesionales en IA, y para ello el concepto de “co-inteligencia” es básico; y 2- que todos los profesionales tengan acceso a la tecnología punta. Para ello las instituciones deberían facilitar créditos o leasings “ad hoc”, personales. Porque esta tecnología requiere que cada clínico siente como “suyo” el instrumental, y sobre todo, sepa cuidarlo.
Pablo Oliveras
Murcia
VIDEO RECOMENDADO
Ética y moral (Adela Cortina)
Adela Cortina nos advierte que todas las sociedades son morales, porque priorizan determinados valores. Debemos examinar si estos valores predominantes son también nuestros valores, en qué punto nos distanciamos o los apoyamos. Y para ello debemos darnos razones, argumentos. Algo a lo que no siempre estamos dispuestos. Y finalmente lo que asumimos como valores debería ser a lo que apostamos en nuestras conductas. Coherencia, honestidad y coraje para no mentir y no mentirnos.
La Redacción.