BOLETIN ENERO 2009
CIRCULO DE CIBERLECTURA
INDICE.-
Noticias.- Premio FAD al EAPP.- 5th International Shared Decision Making Conference .- Nace una nueva revista de Filosofía y Psiquiatría.
Comentario de libros.-
*Miriam Weinstein: The surprising power of family meals.How eating together makes us smarter, stronger, healthier and happier. Steerforth. Hanover, 2005.
*Fernando Savater.- El contenido de la felicidad. Ed Punto de Lectura Madrid 2006 (original de 1986, 1994).
*Perona Angeles J. (Ed.) Contrastando a Popper. Ed.- Biblioteca Nueva. Madrid 2008.
*El cerebro se cambia a si mismo. Norman Doidge. Ed. Aguilar (2008)
Webs de interés.-
*Participación del paciente.-
*Heidegger en castellano.-
*Revista de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.-
Artículo comentado.-
Hierro Pescador Jose.- En torno a la intencionalidad.-
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fsl/00348244/articulos/RESF9595220029A.PDF
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Noticias.-
*El Equipo de Atención Precoz a los Pacientes en riesgo de Psicosis (EAPPP), del Institut Catalá de la Salut, el servicio público catalán, ha sido galardonado con el Premio 2009 de Excelencia en Calidad en Psiquiatría y Salud Mental, organizado por la Fundación Avedis Donabedian. Nuestra mas cordial enhorabuena a todo el equipo y a su director, el Dr. J. Tizón.
*5th International Shared Decision Making Conference .-
We are pleased to invite you to submit an abstract to the 5th International Shared Decision Making Conference, being held in Boston next June. The meeting theme is “Shared Decision Making: Vision to Reality.”
The abstract submission process for ISDM 2009 will be fully electronic. The deadline for abstract submissions is Friday, January 23, 2009 at 11:59 p.m. EDT. Abstracts for poster presentations, oral presentations, workshops, exhibits, and symposia that pertain to shared decision-making (SDM) are welcome. In particular, we are interested in research in following categories.
Communication and SDM
Cross-cultural adoption and dissemination of patient decision aids (PtDAs) and decision support
Effectiveness of SDM and PtDAs
Internet/interactive decision support tools
Medical education and SDM
Measurement of process and outcomes for SDM and PtDAs
Patient preferences, value concordance, or consistency
SDM and evidence based medicine
SDM and PtDAs in clinical practice
SDM and PtDAs in special populations (e.g. surrogates, end-of-life, and underserved)
Translation of SDM research from “lab” to bedside
To submit an abstract: http://isdm.confex.com/isdm/2009/cfp.cgi
Authors of accepted abstracts will be invited to present their work at the ISDM 2009 Meeting, June 14-17, 2009 in Boston, Massachusetts, USA. Accepted abstracts will be published in the meeting program. We look forward to your submissions, and we’ll see you in Boston!
Sincerely,
Michael Barry, MD
Angela Coulter, PhD
Glyn Elwyn, PhD
Martin Härter, MD, PhD
Carrie Levin, PhD
Albert Mulley, MD (Conference Chair)
Annette O’Connor, PhD
Karen Sepucha, PhD
*Nace una nueva revista , accesible en http://www.jfpp.org/
Journal für Philosophie und Psychiatrie
Das «Journal» veröffentlicht vierteljährlich Beiträge zu philosophischen, psychologischen und psychiatrischen Themenbereichen. Arbeiten zu den Überschneidungen der Themenbereiche sind besonders erwünscht. Das «Journal» fühlt sich keiner speziellen geisteswissenschaftlichen, philosophischen, psychiatrischen oder psychologischen Schule verpflichtet. Es besteht das Interesse, die Vielfalt der kontinentaleuropäischen Philosophie und Psychiatrie in lebendigem Wettstreit mit unterschiedlichen, auch angloamerikanischen Traditionen zu fördern. Die Bedeutung des Gesprächs für diese Traditionen soll insbesondere durch «short communcations» betont werden, zu denen ausdrücklich eingeladen wird. Dies gilt vor allem für Kommentare zu veröffentlichten Beiträgen. Beiträge in anderen Sprachen (Englisch, Französisch, Spanisch, Italienisch) sind willkommen und erwünscht.
Comentario de libros.-
Miriam Weinstein: The surprising power of family meals.How eating together makes us smarter, stronger, healthier and happier. Steerforth. Hanover, 2005.
Comentado por Pablo González Blasco, (Sao Paulo).
Un ensayo maravilloso que muestra el poder de las comidas en familia, el impacto en la formación de los jóvenes y adolescentes, un modo sencillo y habitual de construir la cultura y las raíces familiares. Un libro que, como afirma la autora, no es sobre comida sino sobre la familia. Ayuda a reflexionar, a escoger opciones correctas, en este tiempo de “fast food, fast-life” que vivimos.
Comentamos algunos trechos significativos:
· La importancia de los rituales que nos ahorran tener que inventar algo todas las noches. Cuando nos sentamos a la mesa, los actores están allí, y toda la creatividad se dirige a la conversación. Cuando alguien falta, se nota, y es bueno que se note. “Nothing speaks louder tan an empty chair”(pg. 15)
· Cada vez que pedimos al niño que no ponga la cuchara sucia sobre el mantel, cada vez que oimos com atención lo que la madre o algún niño nos cuenta, siempre que escuchamos las historias de aquel dia estamos construyendo algo de suma importancia: la cultura familiar (pg. 19)
· La escritora relata casos de familias -¿familias? – donde no hay comedor, ni siquiera mesa para comer. Parece que cada uno se las arregla por su cuenta. No es de extrañar que la incidencia de casos de anorexia y de disturbios alimentares sea mayor en estas familias. (pg 22)
· En un importante estudio se demuestra que los niños y adolescentes que cenan 4 o 5 veces por semana en familia tienen una incidencia mucho menor de drogadicción, alcohol o tabaco (algo próximo al 40% menor). Y lo curioso es que parece ser el mejor preventivo para evitar estos desvíos: mejor que las notas que cada uno saca en el colegio, o incluso si frecuenta algún grupo religioso en su comunidad. Ya se ve que las comidas en familia son de hecho insustituibles. (pg. 35ss)
· Una interesante cita de Epicuro, con la cual abre un capítulo: “Antes de pensar en qué comer o beber, tenemos que preocuparnos con quien vamos a comer o beber. Hacerlo solos es como llevar una vida de león o de lobo”. (pg. 60)
· El paladar se puede educar. La autora cuenta como los niños mexicanos aprenden a saborear los condimentos picantes que, inicialmente, repulsan a cualquiera. Parece ser que viendo a los adultos saborearlos y hacerlo con gusto, se van iniciando por este mismo camino. El ver comer con gusto, crea una cultura, y un paladar. Esto hace pensar que admitir sin más el “no me gusta”, suele ser en muchos casos falta de haber creado una cultura del paladar. (pg. 63)
· La cultura de aprender a convivir también se revela en las comidas. Copiando del original, que tiene mas fuerza “We eat facing each other. It´s the facing each other that´s important (…) Sharing a meal means that we have agreed, implicitly, to eat in the same place at the same time. We have decided to be hungry together. We all eat more or less the same thing. And we try to be pleasant, or at least cordial, to each other (pg. 86, pg 104).
· Una sugerencia interesante que la autora utiliza para que los niños no se quejen de la comida es colocarlos “en el proceso” de preparar la cena. Se los lleva a la cocina, les da cosas para hacer, solicita su colaboración, y a la hora de cenar, como aquello es de alguna manera, algo suyo, los niños no reclaman de la comida. (pgs. 120ss)
· “Without meals, a home is just a place to stay”. Eso explica por qué algunos hogares se asemejan más a hoteles o pensiones. Falta el alma, que son las comidas en familia, cuando se puede de hecho integrarse en la vida de los demás. (pg. 130).
· Un estudio realizado en Harvard demuestra que los niños que cenaban con sus familias con frecuencia, conseguían mejores resultados cuando eran escolarizados, porque su vocabulario era mucho más extenso que el de los demás. No porque hubieran leído más –no sabían leer- sino porque habían observado a los adultos conversando en la mesa. Las posibilidades educativas de las comidas en familia son de hecho enormes, y este estudio confirma esa intuición que todos tenemos. (pg. 208)
· Los rituales, al principio, pueden molestar a los niños. Pero cuando se acostumbran son de enorme valor. Porque se apegan a ellos, les gusta la rutina. (pg 235)
· Una cita original que apunta la pasión que la autora tiene por el tema, como quien lo ha vivido –y continúa viviéndolo- en su familia.
“Supper celebrates our being together, making and marking the transition form work to home, form day to night, from public to private. To increase the effectiveness of our own supper rituals, be aware of how your meal begins and ends. Wait until everyone is at the tables. Say a prayer, or just go around the tables and say something you´re grateful for this day. Light candles, or change the lighting in the room. Make a toast. Wait until everyone has been served before you begin to eat. At the end of the meal, reverse what you did in the beginning. Blow out the candles. Say an after-dinner prayer. Thank the cook. Thank the people who helped prepare/serve/clean up. Thank everyone for being together. (This may be particularly helpful with teenagers, who are immersed in their own busy lives). Some families expect children to ask to be excused if they are finished before the others. I think this is a reflection of the inherently social nature of the event. It is why being sent away from the table constitutes a punishment. A meal is something we undertake together.” (pg 238).
“You do not have to be a wealthy, a genius, or any kind of extraordinary person to provide a satisfying and warm home life. Your family does not want someone extraordinary. They want each other” (pg 240)
· Al final, la autora cuenta una fábula de la cultura judaica que aplica como colofón del libro. En el siglo XVII un rabino sabio, cada vez que los judíos eran amenazados, se retiraba al bosque, encendía una hoguera, rezaba una oración, y el peligro se disipaba. Su discípulo siguió la costumbre, pero no sabía encender hogueras. Decía la oración, en el mismo bosque que el maestro, y el milagro continuaba sucediendo pues se disipaba la amenaza que se cernía sobre su pueblo. El tiempo pasó, el ritual continuo, pero esta vez el rabino en funciones no parecía especialmente ilustrado. “Se me ha olvidado la oración de mis ancestrales, no sé encender la hoguera, pero por lo menos recuerdo el lugar donde tengo que ir a rezar en el bosque”. Y la autora concluye: en estos tiempos donde la gente no reza, ni enciende luces u hogueras, debemos por lo menos recordar el lugar donde tenemos que estar, donde hay que ir. Y para las familias, ese lugar es sin duda su hogar.
Fernando Savater.- El contenido de la felicidad. Ed Punto de Lectura Madrid 2006 (original de 1986, 1994).
Comentado por Francesc Borrell (Barcelona).
Es este un libro con picos y valles, páginas excelentes con algún que otro capítulo “dejà vu” o francamente evitable. Digamos ante todo que el libro no explora tanto el contenido de la felicidad, sino las bases sobre las que se asientan las conductas humanas, en especial las conductas éticas. Es ese un tema que preocupa en gran manera al filósofo Savater, y que eclosiona en otro libro: la ética como amor propio, de lectura obligatoria. Pero prosigamos con el libro que nos ocupa. La felicidad “es una de las formas de la memoria” (pág 208) con la que conseguimos mantener a salvo cierta intensidad emocional, ciertos momentos “de beatitud” que justifican en buena parte nuestra biografía, “un áureo paréntesis sin mensaje en nuestro discurso interior” (p. 209). ¿Por qué merece la pena vivir? Por la expresión artística, (dentro de la cual incluye la filosofía), la cordialidad y el coraje. En cualquiera de esta manifestaciones hay para Savater la intensidad emocional que le acerca a la felicidad. En algún sentido podríamos aseverar que son su lugar sagrado, (expresión que no le gustaría). Para llegar a estas conclusiones Savater inicia al lector con un análisis del gesto que se me ocurre muy sartriano. En cierta ocasión en la estación de Chamartín un joven bien vestido de aspecto magrebí le pidió dinero para coger un tren de largo recorrido, alegando que le habían robado sus pertenencias. Fernando le dio el dinero, que obviamente no le fue devuelto. Ello le lleva a analizar lo que Jaspers llamaría “densidad del instante”: cuales fueron las opciones, las emociones y las decisiones que tomó, y si repetiría el mismo error, (la respuesta era sí, tomen nota los profesionales del timo). Este arranque es muy prometedor, (una ética anclada en la realidad y en este contacto del ser humano con sus contingencias), pero naufraga en un capítulo que pretende cierta fundamentación de la ética, y acaba dando mamporros al sistema educativo por ser incapaz de enseñar valores (pág 65) y a los políticos por ladrones(p. 67). Vuelve alzarse el libro en un canto a la ignorancia, como fundamento del conocimiento, (“si alguna noción nítida de verdad podemos llegar a tener provendrá de esta constatación de la ignorancia y de su utilización tónica, imaginativa, inventiva”), y vuelve a hundirse en una distinción oscura entre lo que es alma y espíritu, (todo un capítulo para un autor que se declara enemigo de la palabra espíritu). El libro recupera temple hablando del héroe, (bienvenido sea Nietzsche), y viaje interior, (bienvenido Bataille), y nos vuelve a desencantar con “paradojas éticas de la salud”, donde emerge un Foucault incapaz de entender la enfermedad mental, (“lo que suele llamarse loco es en realidad un egocéntrico desdichado” que no se sabe hacer querer, aunque no siempre es por su culpa, p. 137). Pero el filósofo emerge de nuevo en dos capítulos magníficos: imaginación religiosa y teología política en Spinoza, y una nota sobre la ética en Japón. En este último capítulo abona la tesis de que la cultura occidental usa como sentimiento regulador la culpa, en tanto que los orientales la vergüenza. Por cierto, sobre este concepto de Oriente y Occidente, de obligada lectura “Indika”, de Agustí Pániker, un libro del que os hablaré en otra ocasión, y que sin duda haría feliz a Savater.
Perona Angeles J. (Ed.) Contrastando a Popper. Ed.- Biblioteca Nueva. Madrid 2008.
Comentado por Francesc Borrell (Barcelona).
Las personas que apreciamos las múltiples aportaciones de Karl Popper estamos de suerte. La Universidad Complutense organizó en 2002 un Seminario para analizar críticamente su obra. Fruto de aquel seminario nació el presente libro, con contribuciones internacionales, ( Hans Albert, Dario Antiseri, IC Jarvie), pero también filósofos españoles que pueden considerarse de primera línea. Los problemas analizados son (de manera principal pero no única): el concepto de racionalidad, la Historia considerada como ciencia, y de manera mas concreta el historicismo, el criterio de verdad por correspondencia, la teoría de los tres Mundos y de manera mas minuciosa el Mundo 3, y aspectos de la epistemología de la ciencia. El capítulo de IC Jarvie sobre el concepto de lógica situacional tiene por virtud subrayar 4 principios popperianos volcados a las ciencias sociales: individualismo metodológico, lógica de la situación, consecuencias inesperadas y principio de racionalidad. El autor hace este resumen: “El individualismo metodológico es la propuesta metodológica que explicamos al usar individuos típicos, sus objetivos y situaciones, (la aristocracia ateniense, los científicos, los ingenieros utópicos); las explicamos al explorar como los obliga su situación, y como las consecuencias inesperadas de las acciones requeiren siempre la autocrítica continúa y la evaluación constante si lo que se pretende es que la acción siga siendo racional” (pág 84). Popper clasificaba la historia como ciencia ideográfica, carente de leyes generales. Sin embargo tenía una visión excesivamente romántica, (a criterio de Vicente Sanfélix y Angel Manuel Faerna), del desarrollo de la ciencia. Sanfélix critica en concreto el antipsicologismo del que hace gala, y revisa la interpretación popperiana del modelo que hizo Galileo de las mareas. Galileo creía que la energía cinética del mar explicaba las mareas, pero según otros historiadores tenía a su alcance suficientes conocimientos para falsarse. Las razones de por qué llegó a conclusiones tan poco empíricas, ignorando la relación con la luna y otros datos ya disponibles entonces, solo puede explicarse por motivos psicológicos: su creencia de que la mente y las matemáticas debían dar explicaciones “perfectas” a los hechos naturales. Podríamos decir que el Popper antipsicologista es desmentido por el Popper anti-historicista. Al final la psicología también tiene mucho que decir en el desarrollo de la ciencia. Lo que ya era predecible desde el resto de premisas popperianas. En fin, no se pierdan tampoco el magnífico capítulo de Mariano Rodríguez González, (de quien comentamos un artículo suyo), sobre “Popper, mente y cultura”.
El cerebro se cambia a si mismo. Norman Doidge. Ed. Aguilar (2008)
Comentado por Fernando Orozco (Zaragoza).
Interesante libro sobre la plasticidad del cerebro, es decir la capacidad del cerebro para cambiar en todo el proceso de la vida de la persona, partiendo de la base del arraigo de la antigua concepción sobre inmutabilidad de la anatomía del cerebro que ha mantenido la ciencia y la medicina tradicional en los últimos cuatrocientos años.
Norman Doidge psiquiatra, psicoanalista e investigador en neurociencias a lo largo de once capítulos y dos apéndices y tras haber entrevistado a varios científicos brillantes que trabajan en neurociencia, concretándolo en el periodo de la década de los sesenta y principios de los setenta y con el fin de demostrar el cambio de la estructura cerebral (“adquisición de habilidades mentales en los niños que no tenían al nacer; que un cerebro dañado puede ser capaz de reorganizarse de modo que, cuando falla una de sus partes, otra pueda reemplazarla; que si las células del cerebro mueren en ocasiones pueden ser sustituidas, y que muchos <
Empieza sus once capítulos con la descripción del caso clínico de una mujer que se cae constantemente, salvada por el hombre que descubrió la plasticidad de los sentidos, llamada Cheryl, con alteración del aparato vestibular después de un tratamiento con gentamicina, que le impide cualquier movimiento sin la sensación intensa de caerse, incluso en reposo siente la inestabilidad. Mediante un aparato al que llamaban acelerómetro, con electrodos desde la lengua a un casco en la cabeza y de aquí al ordenador, ideado por Paul Bach-y-Rita, sustituía su aparato vestibular, logrando la mejoría de la paciente. Este mismo científico ideó otro aparato de visión táctil que permitía a personas ciegas leer, reconocer caras y distinguir entre los objetos que se encuentran lejos y los que están cerca (Nature, 1969).
La idea del cerebro como máquina y el localizacionismo, Bach-y-Tita la repasa desde sus principios (Galileo, Harvey, Broca, Wernicke…), refutando el localizacionismo a pesar de las críticas de los partidarios de la misma que se encontraba en pleno apogeo (Granit) y tras sufrir la experiencia de recuperación de su padre de un ACV.
El segundo capítulo plantea la asimetría cerebral, personalizado en Barbara Arrowsmith Young en la que coincidían aspectos en un percentil 99 (memoria visual y auditiva) con otros de retraso mental, abordando el problema de la educación de los diferentes y de la capacidad de desarrollo cerebral y la fuerza que para ello tienen los ejercicios mentales: “Todos tenemos una función cerebral especialmente débil y las técnicas basadas en la neuroplasticidad han demostrado tener un gran potencial para ser útiles a casi todo el mundo”.
Rediseñar el cerebro, un científico cambia un cerebro para agudizar la percepción y la memoria, incrementar la velocidad de pensamiento y solucionar los problemas de aprendizaje es como inicia el tercer capítulo. Lo centra en el trabajo de uno de los científicos que más han aportado al concepto plasticidad cerebral, Michael Merzenich, creador de programas informáticos llamados Fast For Word. La concepción clásica del cartografiado del cerebro (Penfield) y de su inmutabilidad, le llevaron a descubrir que los mapas del cerebro no eran ni inmutables dentro de un solo cerebro ni universales, sino que varían en cuanto a límites y tamaño de una persona a otra. Y de cómo la neuroplasticidad no se limitaba solamente al periodo joven del cerebro sino que se extiende a toda la vida del mismo, introduciendo el concepto de plasticidad competitiva que sirve para explicar algunas de las limitaciones del cerebro adulto para el aprendizaje de algunas cosas (idiomas, música…). De sus trabajos sobre el cartografiado de la mano del mono en el cerebro y de cómo sus trabajos han hecho que Wiesel (premio nobel), en la actualidad, admita la plasticidad en el adulto y de cómo llega a la conclusión de que prestar atención resulta fundamental para la plasticidad a largo plazo, fundamental para experimentar cambios duraderos en el aprendizaje. Aprovechando una experiencia que Merzenich vivió con una prima hermana de su madre que era maestra a la que le preguntaron . ¿Cuáles son los principios docentes por los que te riges?, y su prima contesto: “Bueno, cuando llegan al colegio les evalúas y decides si tienen potencial. Y si lo tienen entonces les dedicas tu atención en lugar de perder el tiempo con los que no lo tienen”. A partir de esto y sobre las bases de la neuroplasticidad dedica el resto del capítulo a dar pautas para la educación de los diferentes.
El siguiente capítulo dedicado a la adquisición de gustos y preferencias, lo que la neuroplasticidad nos enseña sobre el amor y la atracción sexual, plantea la gran plasticidad sexual que se da en los humanos en comparación con el resto de criaturas. Desde los que tienen muchas experiencias con varias parejas a los que solo tienen una pareja, el fetichismo, el cambio del amor y sus expresiones a través de la historia (la importancia de los olores en la época de la Inglaterra Isabelina a la actual epidemia de pornografía convertida en adicción en la era de Internet). Añadiendo la neuroquímica y su importancia en los procesos sexuales-amorosos así como su relación con procesos tales como el sado-masoquismo.
Otro capítulo aborda el como salir de la oscuridad, de cómo las víctimas de los derrames cerebrales aprenden a moverse y a hablar de nuevo, personalizándolo en Michael Bernstein, cirujano oftalmólogo y forofo del tenis, de 54 años que sufrió un derrame cerebral que le dejo incapacitado y que se sometió a una novedosa terapia neuroplástica, el TMIF (Terapia de Movimiento Inducido Forzado), ideada por Edward Taub con buenos progresos en su recuperación. Interesante la descripción que hace del esfuerzo de Taub por defender sus intuiciones y hallazgos científicos en neuroplasticidad, desmintiendo a teorías tan importantes como la de Sherrington, su postura frente al behaviorismo, el trabajo con monos, desdiferenciación, el no uso aprendido, la intromisión en su equipo de Pacheco un defensor de los animales (PETA) y las denuncias de las que tuvo que defenderse.
Abrir las puertas del cerebro o como usar la neuroplasticidad para curar preocupaciones, obsesiones, comportamientos compulsivos y malos hábitos. El desarrollo de un tratamiento para los trastornos obsesivo-compulsivos realizado por Jeffrey M. Schwartz basado en la plasticidad, la localización anatómica de los mismos, los pasos a seguir ante una persona que ha sufrido una crisis de TOC, hacen muy interesante este breve capítulo.
El dolor, el lado oscuro de la neuroplasticidad está centrado en los esfuerzos del neurólogo Vilanayur Subramanian Ramachandran para usar la neuroplasticidad para reconfigurar el contenido de nuestras mentes. Sin ayuda de técnicas de última tecnología y con artilugios de lo más sencillo (espejos, lupas, cajas…), idea instrumentos que son capaces de engañar al cerebro con el fin de tratar algo tan incomprensible como el “miembro fantasma”.
La imaginación, cuando nuestros pensamientos cambian la estructura de nuestro cerebro, describe los hallazgos del español Álvaro Pacual-Leone (Valencia, 1961), mediante la TMS (estimulación magnética transcraneal), para cartografiar el cerebro, activando o bloqueando el funcionamiento según la intensidad de la frecuencia utilizada. Su estudio sobre la forma en que adquirimos nuestras destrezas empleando la TMS para cartografiar los mapas de personas invidentes mientras aprendían a leer Braille y la utilización de las áreas visuales en este cometido. Sus estudios de la forma en que los pensamientos cambian el cerebro empleando la TMS para detectar alteraciones en los mapas de los dedos de estudiantes de piano y de cómo ya Ramón y Cajal había esbozado el cerebro plástico, aunque sin herramientas para probar su teoría.
En reconocer nuestros fantasmas, el psicoanálisis como terapia neuroplástica, mediante la descripción de un paciente tratado con psicoanálisis encuentra relaciones con la neuroplasticidad, apoyándose en los trabajos de Eric Kandel que afirman, entre otras cosas, que cuando aprendemos nuestra mente influye en cuales de nuestros genes son transcritos. De forma que podemos moldear nuestros genes, que a su vez dan forma a la anatomía microscópica de nuestro cerebro. De tal modo que cuando la psicoterapia cambia a las personas <<>>. Interesante también la integración que hace de Freud en el desarrollo de la neuroplasticidad y el desarrollo del psicoanálisis del paciente con el que empieza el capítulo y el estudio de sus sueños.
El problema del envejecimiento lo aborda en el penúltimo capítulo, rejuvenecer, el descubrimiento de la célula madre neuronal y lecciones sobre como conservar un cerebro joven, poniendo el ejemplo del doctor Stanley Karansky de 90 años, después de una intensa biografía profesional, se niega a reducir el ritmo de vida por el hecho de ser anciano. El ejercicio, probar cosas nuevas y una actitud filosófica antiestrés como una buena fórmula de mantenerse en forma. Después se ocupa de las células madre y aunque el descubrimiento de estas células madre neuronales marcó un hito, sólo es una de las formas en las que el cerebro que envejece puede rejuvenecer y mejorar.
Con más que la suma de sus partes, una mujer nos demuestra hasta que punto puede ser plástico el cerebro, acaba los capítulos, planteando el caso de Michelle Mac una paciente a la que no se le desarrollo el hemisferio izquierdo y de cómo el hemisferio derecho asumió las funciones del izquierdo. Muy interesante por lo extraño y raro del caso así como las experiencias del doctor Jordan Grafman con este tipo de pacientes.
El libro acaba con dos apéndices, el primero: El cerebro modificado culturalmente, no sólo el cerebro conforma la cultura, sino que la cultura conforma el cerebro, en cortos apartados: Nómadas marinos (aprendizaje cultural). Las manifestaciones culturales cambian la estructura del cerebro. ¿Se ha quedado nuestro cerebro en el Pleistoceno?. Por qué los humanos son los principales transmisores de la cultura. Una manera no darwiniana de alterar las estructuras biológicas. Plasticidad y sublimación: como civilizamos nuestros instintos animales. Cuando el cerebro queda atrapado entre dos culturas. El sentido y la percepción son plásticos. Neuroplasticidad y rigidez social y El cerebro vulnerable y la influencia de los sentidos de comunicación. Hace un recorrido muy sucinto sobre temas interesantes, pero nada más. El segundo apéndice: La plasticidad cerebral y la idea de progreso. Desarrolla muy sucintamente la idea de perfectibilidad.
En definitiva el libro me ha parecido interesante por la manera de abordar el concepto de neuroplasticidad así como las perspectivas de esperanza que ofrece al paciente del futuro.
Webs de interés.-
*Participación del paciente.-
Valeria Pacheco nos envía una selección de webs que tienen por objetivo brindar al paciente información sanitaria. Algunas además quieren dar pautas al paciente para que sepa preguntar a su médico. También encontraréis aspectos de seguridad clínica. Todas ellas merecen una visita.
http://decisionaid.ohri.ca/
http://ipdas.ohri.ca/
http://www.pickereurope.org/
http://www.informedmedicaldecisions.org/
*Heidegger en castellano.-
Para los lectores que deseen introducirse en los textos mas interesantes de Heidegger, os ofrecemos una web de gran calidad, donde encontrarán además de traducciones espléndidas al castellano de sus obras paradigmáticas, otras fuentes bibliográficas y lecturas críticas. Muy recomendable.
http://www.heideggeriana.com.ar/
*Revista de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.-
La Revista de Filosofía se fundó en Madrid en 1942 y fue publicada ininterrumpidamente hasta 1969 – años I a XXVIII, núms. 1 al 111 – por el Instituto Luis Vives del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Interrumpida su publicación durante cinco años, el mismo Instituto volvió a publicarla en una 2ª época, primero en 1975 – vol. I – y posteriormente, tras una nueva interrupción, de 1979 a 1986 – vols. II a IX –. Al desaparecer el Instituto Luis Vives, la Universidad Complutense de Madrid, queriendo contribuir a la continuidad de la revista más antigua de España dedicada exclusivamente a temas filosóficos, obtuvo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas la cesión de la Revista de Filosofía, cuya publicación prosigue a partir de 1987 en una 3ª época.
http://fs-morente.filos.ucm.es/publicaciones/revista/index.htm
La siguiente entrada os proporciona todas las revistas por orden cronológico:
Finalmente por autor, que es la única manera de tener acceso a los textos íntegros:
http://www.ucm.es/BUCM/revistasBUC/portal/modulos.php?name=Revistas2_Autor&id=RESF
Y algunas sorpresas para los buceadores internautas. En primer lugar un texto de X. Zubiri.- Las fuentes espirituales de la angustia y la esperanza.
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fsl/00348244/articulos/RESF9191220239A.PDF
Y otro mas de Paul Ricoeur.- El escandalo del mal
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fsl/00348244/articulos/RESF9191120191A.PDF
Artículo comentado.-
Hierro Pescador Jose.- En torno a la intencionalidad.-
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/fsl/00348244/articulos/RESF9595220029A.PDF
Hierro Pescador es uno de los filósofos más importantes con los que cuenta este país. Bien conocido por su Filosofia del Lenguaje, hemos comentado su excelente libro sobre la filosofia de la mente y la ciencia cognitiva. En esta ocasión os invito a leer este artículo que publicó en Revista de Filosofia (ver mas arriba) relativo a la intencionalidad. El artículo parte de una consideración de Dennet sobre los diseños que nos explican el mundo:
“Las diferencias entre quienes creen y quienes no creen en predicciones astrológicas no brotan —en mi opinión— del grado de acierto de las mismas, sino del marco teórico en el que ellas tienen su lugar. Hay quienes prefieren aceptar un mareo en el que lo que nos ocurra esté ya determinado por el día y la hora del nacimiento, y hay quienes prefieren pensar que somos libres para guiar el curso de nuestra vida en una u otra dirección (aun cuando no dejen de reconocer que en alguna medida estaremos condicionados por la carga genética recibida de nuestros padres).
Otra estrategia, que Dennett menciona, es la estrategia física (ibid.), con la cual se predice el comportamiento de un sistema sobre la base de su constitución física, y es la estrategia característica de las ciencias físicas. Más efectivo es, a veces, cambiar a lo que llama Dennett «la actitud del diseño» (design stance). Consiste en predecir el comportamiento de un objeto sobre el supuesto de que se comportará tal y como ha sido diseñado para comportarse (p. 17).”
Tras esta exposición de principios analiza la opción de examinar las intenciones, como manera de interpretar la conducta de nuestros congéneres:
“Para que esta estrategia funcione, tenemos que empezar por tratar el objeto como un agente racional. A la vista de sus propósitos y de su situación en el mundo, imaginamos qué creencias y qué deseos debería tener. Sobre esta base, podemos predecir que tal objeto actuará a la luz de sus creencias para alcanzar sus fines. Nótese que el funcionamiento de esta estrategia requiere la suposición de que el agente es racional, y por tanto que se comporta como debería comportarse en función de sus creencias, sus deseos y sus propósitos. También presupone que atribuimos al agente como creencias todas aquellas verdades que son relevantes para sus deseos y que le ha proporcionado su experiencia (p. 18), y que le atribuimos deseo de todo aquello que es bueno para él (p. 20). Ambos supuestos se reducen a lo que llama Dennett regla fundamental, y que trivialmente se enuncía así:
atribuyamos al sistema aquellas creencias y aquellos deseos que debería tener (¡bid). Podemos preguntarnos: que debería tener ¿para qué? Naturalmente, para conseguir sus propósitos, comportándose de una manera racional, o al menos, suficientemente racional.
En este punto Hierro Pescador se separa de Dennet, pues Dennet asume en ocasiones que un ordenador actua “como si” fuera racional o tuviera mente. Oigamos al filósofo:
“Pero en mi opinión, si se trata de explicar la mente humana entonces hay que reconocer como su característica distintiva la conciencia refleja, esto es, la posesion de estados mentales acerca de estados mentales propios; es una intencionalidad sobre los estados psicológicos del propio sujeto, por tanto, una intencionalidad de segundo orden, que podemos llamar meta-intencionalidad.
Esta, y no la simple intencionalidad de la que hablaba Brentano, es la
auténtica marca característica de lo psicológico humano frente a] resto de la naturaleza.”
Incluso podemos llegar a ser conscientes de nuestra consciencia. La conclusión del artículo es la siguiente:
“Sin perder de vista esta gradación, propongo considerar que podemos atribuir conciencia (y por tanto, mente) a un organismo o sistema, en la medida en que podamos afirmar que tal organismo predice las consecuencias de su comportamiento, proyecta su conducta ulterior, y elige entre alternativas. En suma, nuestra interpretación de un sistema u organismo al que atribuyamos conciencia debe ser tal que le reconozcamos libertad.”
Se nos ocurre que esta conclusión puede ser válida a nivel pragmático pero reabre muchos aspectos que el filósofo trataba de cerrar. En todo caso la caracterización del ser humano como meta-intencional es oportuna, y nos llevaría a considerar si la percepción de libertad no es más que una gradación en la complejidad de las intenciones, algo así como introducir aleatoriedad por la vía de una reflexión asociativa mas compleja. Lo que tal vez se aleje de una visión romántica que sitúe la libertad en un pedestal, (visión romántica de la que nos consta que no participa Hierro Pescador).
F. Borrell