CÍRCULO DE CIBERLECTURA
- ÍNDICE
Noticias.- V Jornadas Novatores sobre Filosofía de la Ciencia y la Tecnología .- I Jornada de Medicina Narrativa” .- Folia Humanística 8(2).
Comentario de libros.- Epidemiología cercana. La balada de Iza.
Webs de interés.- Engaging data.
Artículo comentado.- Climática.
Vídeo recomendado.- Decrecimiento para la transformación energética.
NOTICIAS
1.- V Jornadas Novatores sobre Filosofía de la Ciencia y la Tecnología.
Organizadas por el Instituto de Estudios de la Ciencia y la Tecnología, el Departamento de Filosofía, Lógica y Estética, el Máster Interuniversitario en Estudios de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, el Máster Interuniversitario en Lógica y Filosofía de la Ciencia, el Doctorado Interuniversitario en Lógica y Filosofía de la Ciencia y el Grupo de Investigación Reconocido «Estudios sobre Ciencia y Tecnología» se celebrarán en Salamanca entre los días 26 y 27 de abril de 2023. En esta oportunidad las Jornadas estarán dedicadas a «Filosofía y Medicina: reflexiones filosóficas en torno a las ciencias de la salud».
http://novatores.usal.es/participacion.html
2.- I Jornada de “Medicina Narrativa”, 23 de enero
Ubicación de la Jornada: Campus de la Universidad Francisco de Vitoria. Carretera Pozuelo a Majadahonda, Km 1.800, 28223 Madrid .
Programa & Participantes Sesión Inaugural (Plenaria, P): Medicina Narrativa en el contexto de las Humanidades Médicas (I Fernandes, U de Lisboa & J Lázaro, UAM) 11:30-14:00 Talleres Interactivos (4)(Actividad Paralela, AP): T1 Medicina Gráfica (M Lalanda); T2 Medicina Narrativa (A Blanco&T Blanco); T3 Medicina Narrativa y Cine (C Álvarez&A López); T4 Leer, escribir y editar un relato experiencial (R Ruiz Moral) .
Más información: https://formacionmedicaufv.es/titulo/i-jornada-de-medicina-narrativa-en-educacion-medica/
3.- Folia Humanística 8(2)
https://revista.proeditio.com/foliahumanistica
Contenidos:
TEMA DEL DIA. Conflicto de intereses en la investigación biomédica. Morlans M., Ramos S., Robles B., Montero F. La investigación biomédica en los últimos años se financia fundamentalmente por la industria farmacéutica. Esta dependencia modifica las relaciones entre los centros, los equipos de investigación y las empresas del sector, creando condiciones para que proliferen los conflictos de intereses. Identificar posibles conflictos y sus potenciales consecuencias negativas, y conocer los procedimientos preventivos cuando la mera declaración del conflicto no basta es imprescindible.
PENSAMIENTO ACTUAL. Eutanasia, ética, dignidad, compasión y Atención Primaria. La visión de un médico de familia. Coscollar. La regulación de la eutanasia resuelve la cuestión legal, pero no así la ética, de una complejidad que hace imprevisible conciliar unanimidades, porque atañe al significado individual y colectivo de la muerte.
Eutanasia y enfermedad mental: el problema del sufrimiento. Medrano J., Uriarte JJ. Aunque el redactado actual de la Ley no excluye ningún colectivo, su redacción hace pensar que serán pocas las personas que cumplan los criterios para la prestación de ayuda a morir. Resulta difícil distinguir el sufrimiento derivado de la enfermedad, del sufrimiento “evitable”, sobre todo cuando la psiquiatría tiene por estandarte “no rendirse nunca”.
ARTE, SALUD Y SOCIEDAD. ¿Es bueno ser Rey? Mateo-Sagasta A. Se describe en el artículo la muerte de Felipe II, y se repasan las teorías médicas del momento, los métodos de diagnóstico y tratamiento, así como el papel que desempeñaron los galenos y su consideración en la sociedad.
COMENTARIO DE LIBROS
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Porta M. «Epidemiología cercana. La salud pública, la carne y el oxidado cuchillo del miedo». Triacastela. Madrid, 2022
Quiero empezar la reseña sobre este libro con un adjetivo: sorprendente. Se trata de un auténtico libro de autor.
Al leer el título del libro y teniendo en cuenta los tiempos que corren y, más aún, los recientemente pasados, se piensa que va a ser un libro más sobre la pandemia del virus SARS CoV 2 y de todo lo que se ha derivado de la misma. Sin embargo, aun estando presente lo que el autor califica como la Primera Pandemia Planetaria, -calificará la fecha presente como año III tras el inicio de dicha pandemia-, el libro es mucho más, es un alegato sobre la necesidad de una Salud Publica y unas Políticas con mayúsculas que reviertan en beneficio de la ciudadanía. Pero lo realmente sorprendente del libro es que el autor es capaz de hilvanar, cuestiones epidemiológicas, de bioestadísticas o de análisis de artículos científicos, con temáticas tales como la enología, música, poesía o cualquiera de las conocidas como ciencias sociales, humanidades y el arte.
El libro lo denomino de autor porque Miquel Porta añade una buena cantidad de propuestas de mejora a las actuales circunstancias epidemiológicas, de salud pública y políticas en general, sin por ello dejar de hacer una severa crítica a muchas de nuestras instituciones, medios de comunicación y políticas de salud pública o de cohesión territorial.
Considera la epidemiología como “una ciencia cercana a los problemas reales de la gente real” y aboga para que las políticas de salud pública sean eficientes previniendo la enfermedad, la muerte (en muchas situaciones), mejorando la calidad de vida de las personas. Invita y apela a la ciudadanía a mejorar la calidad democrática de nuestras instituciones, tanto locales, como autonómicas y “supra-autonómicas”, como él las nombra.
Mejorar la salud alimentaria, proteger el medio ambiente, la salud laboral, disminuir todo tipos de factores causantes de enfermedad, o ,lo que es igual, realizar una prevención primaria, es para el autor (creo que, para cualquier epidemiólogo), algo prioritario que va más allá de nuestra propia biología y conecta la salud y la enfermedad con el mundo en el que vivimos, con sus luces y sus sombras.
De tal modo, que comienza el libro hablándonos de las carnes y sus contaminantes, pero en contra de lo que podríamos denominar “talibanes de lo bueno”, él nos dice que la vida también merece tener sus placeres y sus goces disfrutando de una buena parrillada, socializando en buena compañía, pero siendo siempre consciente de que comer sano debe ser una necesidad.
Nos habla de pesticidas, de los efectos que produjo el DDT en embarazadas cuyas hijas muchos años después tuvieron cáncer de mama, en las mejoras de salud tras la implantación de políticas destinadas a evitar la exposición al plomo, sobre el glifosato y su maravillosa comparación con el fútbol, etc.. Una reseña se queda corta, más allá de estimular a la lectura del libro, para explicar que tiene que ver el glifosato con el fútbol.
Nos alerta para que evitemos leer las noticias científicas acríticamente: siempre hay intereses de todo tipo detrás de cada noticia, incluidas -por supuesto- “las científicas”. Demasiados medios de comunicación se apoyan en el efecto esperanza para vender noticias relacionadas con la medicina. Literalmente dice: “¿esperanza de qué?
Muy sencillo y modesto: esperanza de que acabemos con una parte considerable de tanta bazofia en los medios de comunicación”; y sigue: “esperanza de que disminuyamos la carga tóxica de plaguicidas en nuestros cuerpos. De que vivamos con mayor civilidad la interacción entre lo local y lo global, lo emocional y lo racional, la reflexión y la acción, el placer y el deber”.
Quiero reseñar una de las ideas-fuerza que se repite a lo largo de estas páginas. Nos dice el autor: Solo si individual y colectivamente impulsamos cambios económicos y socioculturales de calado y sistemas de protección colectiva, disminuiremos la contaminación individual y colectiva de la generación siguiente a nuestros nietos. Es un hecho […] existe una excesiva responsabilidad que se impone a los individuos, en detrimento a los sistemas de protección colectiva […] La contaminación humana y ambiental es un buen motivo y un excelente cauce para pensar como vivimos. Y morimos. Propician un esencial debate sobre nuestros valores y conductas. Sobre las estructuras socioeconómicas, y las redes industriales y culturales globales y locales. O sobre los horizontes de nuestra libertad individual y colectiva”.
Miquel Porta sin dejar de escribir de epidemiología y salud pública, o quizá por ello, nos insta a interesarnos por la política y por las diferentes políticas que pueden existir sobre aspectos relacionados con la salud de las poblaciones, pues nos dice que “la verdadera salud pública [es] la que cotidianamente cuida qué respiramos, bebemos y comemos, cómo trabajamos, nos movemos y convivimos”.
Condena los populismos que estamos viviendo e introduce una excelente definición de ignorancia: “muro que impide una sociedad más cívica, democrática, igualitaria y próspera”.
Y puestos a promover cambios invita no a pequeñas reformas, que uno pudiese pensar que irían dirigidas a estructuras o instituciones de salud pública. Va más allá y nos invita a reformar la Constitución y “a progresar por la senda federal hacia Estados más justos, amables y eficientes”. Todas las propuestas de cambio que nos hace el autor, (ya dije desde el principio que el libro no solo criticaba lo existente), obedecen a una “lógica fundamentada en cuestiones técnicas y científicas, por su eficiencia y efectos, y porque ejemplifican el carácter democrático y racional, no populista, no demagógico, priorizando el bien común de las políticas que la regeneración federal del Estado debe y puede hacer realidad”.
Aboga por desarrollar, cuanto antes, una Agencia Estatal de Salud Pública, ya prevista en la Ley General de Salud Pública de 2011, y nunca aplicada. También que las decisiones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud pasen a ser vinculantes.
Finalmente, titula el último capítulo del libro “Partidarios del placer” y nos dice: “La salud pública está también cercana al placer cuando nos acordamos de que sobre la salud y el bienestar de la ciudadanía tienen influencias muy positivas las instituciones y empresas de entretenimiento, el ocio y las artes (que sí, también son salud pública). Y cuando recordamos las no menos positivas influencias sobre la salud de muchas otras políticas que dan tranquilidad, seguridad y buen rollo (personal, familiar, vecinal, laboral, etc.); en particular las políticas educativas, laborales, urbanísticas, sociales o ambientales: todas son componentes de los sistemas de salud pública”.
Juan Carlos Hernández
Madrid, 2022″
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Szabó M.: “La Balada de Iza”. Mondadori. Barcelona, 2008. 288 págs. Mondadori. Barcelona, 2008. 288 págs.
En uno de nuestros encuentros mensuales -tertulias literarias- estaba previsto una obra de la escritora húngara. Como tenía tiempo por delante, y este otro libro de la misma autora a mano, decidí “calentar motores” con «La Balada de Iza» que leí en castellano, porque no lo había disponible en portugués, idioma donde me muevo habitualmente. De nuevo, los húngaros y su prosa que diseca el alma, me golpearon a fondo. Lo mismo que me pasó con Sandor Márai, con quien también pretendí hacer un calentamiento con «El legado de Ester, antes de Las Brasas»…. y llegué afectivamente agotado. Eso sí, en sintonía y con admiración profunda: por la narrativa existencial y vitalista, por la riqueza literaria, y por la figura de la empleada doméstica que, conforme aprendí de una señora húngara, es casi una tradición del imperio austrohúngaro. Se me ocurrió comentarlo con un amigo -erudito, graduado en Coímbra- y me dijo que en Portugal, se las denomina criadas, porque fueron criadas en la familia. Es decir, nada despectivo, sino todo lo contrario, muy familiar. Volveremos sobre las criadas en la siguiente obra de Magda Szabó.
Ahora la protagonista no es una criada, sino una médico, Iza, que da nombre al título. Es la que pivota este teatro familiar -profundo, desgarrador y también entrañable, porque llega hasta las vísceras- con cuatro personajes: Iza, la médica independiente; su madre, el padre que acaba de morir, y Antal, el marido que la médico abandona, pero que sintiéndose de la familia, cuida de los suegros.
La cortina sube con la muerte de Vince, un juez íntegro que por su postura incorruptible, es removido de su puesto. La hija digiera la vergüenza, y su mujer el sufrimiento. “A Vince dejaron de pagarle, pero ella cobraba una pensión por cortesía del ministro de Justicia: era la viuda de un hombre vivo”. Recuerda el pasado de hace medio siglo: “Sus ojos eran inocentes, curiosos, de un azul manso. En aquel baile de provincias Vince se había enamorado de sus ojos, de sus hermosos ojos puros y honestos (…) Un día la vida se despedirá así de nosotros —pensó Vince—, de repente, sin volver la cabeza siquiera. Me gustaría que lo hiciera así, discretamente, sin anunciarse de antemano”. Y palpa la soledad que la envuelve: “Durante cuarenta y nueve años he sabido cuáles eran todos sus pensamientos. Ahora no sé qué es lo que se lleva con él. Me ha abandonado”.
Es Antal, el yerno, quien viene a dar la noticia a la anciana: “El continuo cambio de color de las ascuas confería a la habitación un peculiar ambiente lleno de vida; aunque no hubiera nadie más en casa, nunca se sentía sola cuando ardía la lumbre (…). La anciana recelaba del teléfono como de una fiera aparentemente mansa, pero de comportamiento impredecible (..) No hay prisa —contestó Antal para sus adentros—, en realidad no tiene sentido ir. Allí ya no hay nadie. Desde esta madrugada, el que está allí ya no es el mismo que conociste. Pero te llevaré, porque tienes derecho a ver a ese nadie”.
La frialdad de la hija ante la muerte del padre descoloca a la viuda: “Qué extraño —pensó la anciana—, lleva semanas junto a Vince y sale así, con los ojos secos, sin mostrar una pizca de compasión. ¿Es que uno puede habituarse a la muerte? (…) Iza tenía mucho que hacer y apenas le quedaba tiempo para llorar o pensar”. La anciana no se conforma, piensa que puede remediar la fatalidad: “Pero, tal vez si ella entrara, él recobraría la conciencia; es imposible que cuarenta y nueve años de vínculo físico y espiritual no tengan ningún efecto ante la muerte”. Iza, resoluta, decide llevarse a su madre a Budapest, para cuidarla. Pero ¿sabe cuidar? ¿de verdad? Ese es el segundo acto de esta narrativa tan corta como punzante. Hay que vender la casa, e irse, asunto concluido. El espíritu práctico de Iza que “siempre pensaba en serio lo que decía”.
La anciana inicia el ritual de despedida: “Aún no sabía lo que Iza pensaba vender de la casa, pero los objetos de los que tendría que desprenderse le dolían ya tanto como si se tratara de seres vivos que, tras vivir con ella largo tiempo, se vieran obligados a emprender un largo viaje hasta llegar a manos extrañas y que, por las noches, cuando los objetos recuperan su voz y sus sentimientos, suspirarían largamente añorando la familiaridad de su tacto (…) Cerró los cajones. No había nada extraordinario, o mejor dicho, estaba todo: cincuenta años de vida en común. Pero entre aquellas cosas no había ningún secreto, ni fotos de mujeres, ni flores marchitas, ni cartas secretas, nada que no estuviera relacionado con la infancia o la vida familiar de Vince. Sentía vergüenza por haber dudado de él aunque fuera un solo instante; debería haber conocido mejor a Vince”.
La mudanza es traumática, porque los recuerdos permanecen, y la nueva vida que se le ofrece no la consuela. Faltan cosas, y la hija le explica sin convencerla: “El pastorcito no está porque tenía el cuello quebrado, y las figuritas rotas siempre resultan demasiado deprimentes, no deben conservarse”. Está claro, piensa la viuda: “no comprende que los viejos sienten un enorme apego a los objetos, que para ellos significan más que para los jóvenes”. Y sigue con sus reflexiones: “Trató de pensar en la cantidad de dinero que había recibido de golpe, pero en vez de felicidad la invadió una profunda vergüenza: así debió sentirse Judas cuando le entregaron los denarios de plata. Como si hubiera vendido a sus parientes, a sus mejores amigos….De pronto sintió envidia por aquella prisa, aquella precipitación en la que nunca se había fijado antes: había alguien esperando a toda esa gente. A ella no la esperaba nadie”.
La anciana intenta substituir su dolor para ocuparse de su hija: “Ardía en deseos de hacer cualquier cosa por su hija, pero nunca tenía la oportunidad”. Y es que Iza “con el paso de los años se había acostumbrado a la triste libertad de la gente solitaria (…) Cada uno de sus pacientes suponía un enigma que había que descifrar; nadie salía de su consulta con la impresión de haber sido arrojado sobre una cinta transportadora de la que, al cabo de dos minutos, una fuerza invisible lo sacaba con una receta en la mano para recibir un tratamiento de electroterapia o hidroterapia (…) Iza se ocupaba de todo el mundo y, de olvidarse de alguien, era de ella misma”
Los compases finales de esta sinfonía patética son acordes que rasgan el alma. La incapacidad de Iza en cuidar a su madre, porque “hacía ya mucho tiempo que no se había parado a reflexionar, solo se había dedicado a recordar (..) Lo tenía que haber tirado todo, pero le hubiera dolido hacerlo: los objetos significaban la proximidad de las personas lejanas, y en el armario había espacio de sobra”. Domokos, el nuevo compañero de Iza, un escritor, a quien “no se le podía hablar de estas cosas, porque era capaz de utilizarlas para una novela. Para él todo, el mundo entero, era material susceptible de ser escrito. A ella misma (la anciana) la sorprendió la aversión que sentía hacia el oficio de Domokos”.
Arpegios turbadores nos aproximan del final: “Eres demasiado irresponsable para hacerte viejo (…) En un entierro la gente se abstiene de manifestar sentimientos que no sean la obligatoria tristeza y seriedad”. Un final aciago, resultado de una aparente buena voluntad de Iza aliada a la inhabilidad en comprender a su madre, y a las personas. Antal, un hombre bueno, nos sirve la explicación final; explica pero no consuela: “No lo entiende —pensó Antal, con una compasión infinita—, la pobre desgraciada es incapaz de entenderlo”. Ya lo había previsto la anciana: “Cuando comprendí que simplemente eras egoísta y que a cada uno le dabas un trozo de ti misma para que no te molestara e interfiriera en tu trabajo, rompí a llorar”.
De la verdadera comprensión, de respetar los sentimientos del otro y admitir que no sabemos casi nada de lo que circula por el alma ajena, de todo esto y de muchas más cosas nos habla este pequeño-gran libro. Hay que leerlo, cada uno a su ritmo, dejándose empapar por esta experiencia vital, tan ardua y tan humana.
PABLO GONZÁLEZ BLASCO
Sao Paulo
Brasil
*Nota de la Redacción: Pablo González Blasco, fundador de SOBRAMFA, es uno de los promotores y animadores del grupo brasileiro de Humanidades Médicas y Comunicación y Salud. Aunque su trabajo profesional se efectúa en Brasil, mantiene estrechos vínculos con España y en particular con el Grupo Comunicación y Salud. Gran lector, resulta enormemente recomendable visitar su blog, con muchos títulos como el que hoy presentamos, comentados con una fina sensibilidad psicológica y literaria. Encontraréis títulos de su autoría en este blog, (atención a los libros sobre cine):
https://pablogonzalezblasco.com.br/en/
WEBS DE INTERÉS
ENGAGING DATA
Este portal realiza un esfuerzo por correlacionar variables que a menudo no asociamos. Un interesante ejemplo es la relación entre el voto conservador y la densidad de población en EE.UU.
https://engaging-data.com/election-population-density/
Como puede observarse la correlación es sorprendente. Esta imagen representa bien la división urbana-rural. Cada burbuja es un condado. Cuanto más grande es la burbuja, más territorio. El azul representa el voto republicano, y rojo el demócrata. Las áreas rurales más deshabitadas concentran el voto republicano.
Algo similar ocurrió con el Brexit: el apoyo fue mayoritario en áreas rurales.
Comentando estos datos, Tomas Pueyo reflexiona:
“Las ciudades atraen a algún tipo de personas: la población más rica, más educada, cosmopolita, progresiva y diversa. Eso apesta a todas estas personas lejos de las zonas rurales. Los que quedan se convierten en un grupo homogéneo: más pobre, menos educado, más conservador.
Entonces sucede algo más: las ciudades crecen, las cosas avanzan, la gente tiene esperanzas. Quieren más progreso. No pueden esperar para ver el futuro y quieren acelerarlo. Mientras tanto, las zonas rurales se quedan fuera. Se están vaciando. La riqueza se va, los niños se van. El futuro parece grave. El pasado parece brillante en contraste. La gente se vuelve aún más conservadora.”
Y por supuesto hay el tema de la inmigración. Según Pueyo en las áreas rurales se percibe como una amenaza, y no se desea que la paz de la comunidad se interrumpa por gente extraña. En las ciudades la proximidad con el inmigrante genera empatía.
Pablo Oliveras
Murcia
ARTÍCULO COMENTADO
Climática
https://www.climatica.lamarea.com/secciones/diario/
Climática es una revista especializada en informar y formar sobre el calentamiento global, sus causas y sus consecuencias. Tras años publicando con regularidad noticias y análisis sobre la crisis climática, lamarea.com y MásPúblico –la cooperativa que edita este medio desde 2012– decidió dar un paso más y crear un espacio de noticias, investigación y análisis. Finalmente, Climática nació en mayo de 2019.
Hemos escogido como presentación el siguiente artículo:
Más de un centenar de científicos se unen contra el negacionismo climático
https://www.climatica.lamarea.com/colegio-oficial-geologos-negacionismo/
El Ilustre Colegio Oficial de Geólogos difundió a través de su revista científica ‘Tierra y Tecnología’ un artículo que niega la gravedad de la crisis climática y la desliga de las actividades humanas. Ante los argumentos negacionistas de su autor, 132 investigadores e investigadoras se han unido para mostrar su descontento.
El argumento principal del artículo es que las variaciones en el clima se deben a una menor radiación solar. Este argumento ha sido refutado de manera contundente: es verdad que hay fluctuaciones en la actividad solar, y que dichas fluctuaciones dan lugar a glaciaciones periódicas. Sin embargo el gran regulador a corto plazo es el efecto invernadero. De manera más concreta he aquí los 5 argumentos que swe exponen:
- Los cambios climáticos ocurridos a escala de millones de años tienen su principal origen en procesos geológicos y están muy lejos de estar modulados por la radiación cósmica.
- El estudio detallado de los cambios climáticos del pasado (de millones a milenios de años) demuestra que los cambios naturales en la concentración atmosférica de gases de efecto invernadero fueron decisivos controlando la intensidad de calentamiento o enfriamiento planetario.
- Los ciclos glaciares-interglaciares del periodo Cuaternario (los últimos 2,5 millones de años) fueron inducidos por cambios en la insolación recibida por el planeta a causa de movimientos orbitales.
- El registro paleoclimático del Cuaternario nos demuestra que la subida atmosférica de gases de efecto invernadero del último siglo NO puede atribuirse a causas naturales, que su magnitud es más que suficiente para desestabilizar el clima del planeta y, lo más preocupante, su velocidad no tiene análogo en el registro geológico.
- Los cambios naturales (actividad solar, vulcanismo…) ocurridos en las últimas dos no son suficientes para explicar ni siquiera el 2% del calentamiento global ya observado y medido.
Pablo Oliveras
Murcia
VIDEO RECOMENDADO
Decrecimiento para la transformación energética.-
Conferencia de Carlos Taibo, profesor Ciencias Políticas de la UAM y estudioso del decrecimiento energético, en el marco del Foro: “Estuvimos en el futuro: ¿te imaginas qué podría pasar en los próximos años?”
Resulta interesante esta conferencia porque plantea un decrecimiento basado en una actividad humana sostenible. La gran cuestión del decrecimiento es que un PBI en decrecimiento significa paro, pobreza, menor inversión en investigación, etc. Carlos Taibo percibe muy bien las contradicciones de un sistema basado en un crecimiento insostenible, (véase por ejemplo su libro “Historias antieconómicas”), pero es parco en soluciones. El lector interesado en los libros de Carlos Taibo puede consultar:
https://www.carlostaibo.com/index.php
Ahora bien, el hecho de que no tengamos soluciones prácticas para un problema tan acuciante no significa que los análisis, como el ofrecido por Carlos Taibo, carezcan de interés. La conferencia que impartió en el Foro es convincente, y en la medida en que cada persona colabore a cambiar hábitos, sin duda caminaremos en la buena dirección.
La Redacción