Contenido: Detección y análisis de problemas éticos suscitados por la película. A la búsqueda del diagnóstico. Epidemiología. Enfermedades raras de forma aislada pero no en conjunto. El proceso de diagnóstico y seguimiento: ¿qué le pasa a este niño/niña? ¿A donde lo envío?
Adecuación del esfuerzo diagnóstico: ¿hasta dónde? ¿para qué?
Tortosa
*VII Jornadas Comités Ética Asistencial CEAS 2012: Una ética basada en la trayectoria vital. Tortosa, 23 de noviembre. Fecha límite para la presentación de comunicaciones: 15 de ocubre Inscripción en:
*X International Ontology Congress. PHYSIS. From Elementary Particles to Human Nature. Under the patronage of UNESCO and the honorary presidency of Daniel C. Dennett Donostia International Physics Center Building. Actos en Barcelona: 8-9 octubre.
Ver programa completo en: www.ontologia.net
*IX Jornadas Nacionales AEN de Historia de la Psiquiatría “RAZÓN, LOCURA Y SOCIEDAD. UNA MIRADA A LA HISTORIA DESDE EL SIGLO XXI”. Ourense, 4, 5 y 6 de octubre de 2012. Información en:
* IX Jornadas de la Sección de Historia de la Psiquiatría de la AEN (4-10-2012)
«Razón, Locura y Sociedad. Una mirada a la historia desde el Siglo XXI». Organiza: Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN). C/ Magallanes, 1 Sótano 2 local 4. 28015 Madrid.
Comentario de libros.-
JA Marina. Inteligencia Ejecutiva. Ariel. Barna 2012. 186 pág, 16 euros.
Hay que elogiar el encono de JA Marina por aportar instrumentos a la educación de nuestros infantes. Inauguró con la educación del talento una línea editorial que se nos ocurre pertinente e incluso útil. A la pregunta, qué pueden aportar las ciencias cognitivas a la pedagogía, JA Marina (JAM como él mismo se abrevia), responde: con el cultivo de la inteligencia. El talento sería “la inteligencia triunfante”. Pero de las múltiples inteligencias que hoy en día cultivan los psicólogos, (a partir del paradigma de Gardner de las inteligencias múltiples), añade o prioriza la ejecutiva, aquella que no soluciona problemas, sino que elige los problemas a resolver.
JA Marina
El modelo que propone Marina trata de explicar quién está al cargo de las decisiones que tomamos. Marina responde: la Inteligencia Ejecutiva (IE). Es un error suponer que existe un homúnculo a los mandos del cerebro, nos dice. Hay que suponer mas bien que se produce un diálogo entre dos entidades, la Inteligencia Computacional (IC) y la Ejecutiva (IE). La primera brinda materiales a la segunda, que selecciona y procede a actuar. La IC es inconsciente, asociativa, rápida… la ejecutiva es consciente, puede detener una acción, examinar, rectificar…
Este modelo asimila el funcionamiento del cerebro al de un computador, en el que la IE tendría un sistema normativo capaz de juzgar si el material que le propone la ICes apropiado. El habla interior por el que examinamos nuestros pensamientos y decidimos, sería, a entender de JAM, parte fundamental de la IE, junto a las normas morales (pag 112). Ahora bien, nos tememos que hemos regresado al modelo del homúnculo. En el modelo “computadora” la IEsimplemente dice “si” o “no” a los contenidos que le ofrece la IC. Se diría que en este modelo la complejidad humana reside en la IC. Pero si el habla interior es parte de la IE, y con ella el libre albedrio, entonces no estamos hablando de una IE que dice “si” o “no”, sino de una IE que razona de manera verbal, con argumentos y aplicando normas. Si este es el modelo regresamos a una entidad que es el “yo” de los psicoanalistas, y no despejamos ningún misterio, mas bien volvemos a considerar este “yo”, al que llamamos ahora IE, una caja negra a la que apelamos para explicar múltiples tareas de la mente. No es casualidad que la portada del libro ilustre la teoría del homúnculo.
El modelo resultante no difiere en exceso del manejado por Freud y en general por los neocartesianos, a saber, un “yo” en diálogo con un inconsciente, en cierta medida un “yo” en oposición dialéctica a un “no-yo”. Este modelo no indaga la sustancia del “yo”, simplemente lo venera bajo nuevos nombres, en este caso Inteligencia Ejecutiva. Pero el problema subsiste: ¿Cuál es la naturaleza neurológica y psicológica de esta IE? Si la IE devuelve a la IC los materiales para deliberar estaremos apostando por un modelo en que no hay barreras entre la IC y la IE, al contrario, lo que existe es un trabajo al alimón. De hecho la confusión está presente a lo largo del libro, por ejemplo cuando se afirma en un excurso poético “ahora sé (…) que soy mi inteligencia computacional. ¡Que feo!”, (pág 120).
Marina parece apostar por una transfiguración de la IC gracias a la IE asesorada por la “razón” (pág 130). La mente humana dispone de múltiples recursos y nuestra capacidad de imaginar nos impulsa a la acción. Cuando disponemos de “ficciones eficientes”, (pág 135), todo nuestro ser se volca en la meta, y se produce esta transfiguración de los contenidos computados por el azar (IC). Ahora la IC se pone al servicio de la IE. Marinanos propone, de acuerdo con las teorías mas recientes de la psicología cognitiva, que eduquemos nuestra intuición, y con ella la IC. Esta educación se produce por una transferencia de hábitos voluntarios y cultivados, que poco a poco se automatizan, al igual que hace un experto jugador de bridge (pág 139). La intuición del experto consiste en eso, en una experiencia memorizada y un cálculo de probabilidades afinado.
Volvamos a la libertad. Si es cierto que un alcohólico tiene poco control sobre algunos de sus actos, no lo es menos, nos recuerda Marina, que sí tuvo un momento de lucidez en la que decidió emborracharse. Será en estos momentos de lucidez donde hay que apretar las clavijas a los chavales, y educarles también en los buenos hábitos, viene a decirnos. Esta voluntad no existe en el niño, hay que crear esta voluntad y en su mayor parte le vendrá desde fuera, desde la educación. Sería en este punto muy pertinente hablar de la motivación intrínseca y extrínseca (pag 143 y ss, aunque recordemos que JAM tiene un libro dedicado a la motivación), pero JAM zanja el tema con una frase meritoria: refiriéndose a los drogadictos, y en general a quienes prefieren afrontar el malestar que produce un problema en lugar de afrontar el problema, JAM les advierte que “ a quienes tomaban un atajo hasta el mundo de la magia les ha costado mucho trabajo aprender a tener paciencia, perseverancia y disciplina, a tolerar el exilio en un mundo común y corriente” (pág 143).
En la última parte del libro JAM apuesta por el bucle prodigioso, a saber, una IC educada y dócil gracias a una IE que la ha domesticado, y una IE provista de buenos criterios de selección (pag 148). IC e IE se potencian mutuamente en el logro de metas. Máxima eficacia del individuo. Aparece brevemente la educación del deseo, tema al que dedicó en 2007 “la arquitectura del deseo”, (ver comentario en este blog, apartado etiquetas). En aquella obra nos hablaba de los deseos nacidos del temperamento, del carácter y del guion de vida. Lástima que no recuperara este esquema en el presente volumen. Apela al modelo de un Nuevo Inconsciente para afirmar que podemos educar la parte instintiva, pero no explica cómo. ¿Qué debemos entender por consciencia e inconsciencia? ¿Es ciertamente la IC “inconsciente”, como afirma en el libro, o estamos confundiendo (o asimilando) el pensamiento “no verbal” con pensamiento inconsciente? ¿Confundimos quizás el carácter aleatorio o espontáneo de la ideación, con que sea “inconsciente”? Son cuestiones que a mi modesto entender no quedan esclarecidas, quizás porque han sido tratadas en alguna otra de sus obras.
El libro se lee, como casi todos los de JAM, con una facilidad engañosa, pues Marina hace fácil lo difícil. Admiro la capacidad para seleccionar citas de los autores clásicos y contemporáneos, e incluso cita alguno de español, aunque son mayoritariamente del área anglosajona. La obra gana agilidad por los diálogos simulados en un congreso ficticio sobre IE. El recurso da posibilidades literarias, aunque en ocasiones dispersa el núcleo de atención y al final el lector no acaba de sedimentar los contenidos. En realidad quiere en ocasiones ser tan sintético que resume aportaciones de autores importantes de manera telegráfica. Sospecho que la mayor parte de padres con hijos problemáticos van a perderse entre una maraña de conceptos, aunque al ser un libro entretenido quizás no se enteren. Se echa a faltar, eso sí, una parte mas clara de concreción, que se anuncia en la web. Cada capítulo tiene su correlato en una web que tiene materiales a disposición del público en general: www.bibliotecaup.com.Se trata de documentos en su mayoría seleccionados de Internet, pero no por ello menos valiosos. Unos breves clips del propio Marina enuncian las temáticas y al final el lector aterriza en la web de la Editorial Planeta que comercializa módulos formativos dirigidos a los padres, (Universidad de padres). Ahí parece que si se concretan las ideas de JAM. Bueno, a mi me parece bien, me gusta que los filósofos se ganen la vida. Y las ideas de Marina, recuperando virtudes como el esfuerzo, disciplina con cariño, fortaleza o determinación se me antojan útiles para estos momentos en que se están devaluando tantos valores personales. Porque esta cuestión de los valores, como advierte JAM, no consiste en aprenderlos, sino en actuarlos. Completamente de acuerdo.
Francesc Borrell
Barcelona.
Juliana González Valenzuela. Genoma humano y dignidad humana. Anthropos, Barna 2005.
La autora nos introduce en un tema de máxima actualidad, el genoma humano y la dignidad humana. Para ello trata de responder a lo largo de este libro a la pregunta que se formula en las primeras páginas del mismo ¿En qué se cifra la humanidad del hombre y su constitutiva dignidad? Y nos avisa de que el hallazgo del genoma humano conlleva ciertamente propensiones al reduccionismo naturalista, y con este, a una lectura determinista de los hechos genéticos con la grave consecuencia de poner en cuestión la posibilidad de la libertad.
Aunque al mismo tiempo nos informa de que estas propensiones son interpretaciones parciales y superficiales de la realidad genética, pues en el propio campo de la ciencia genómicas no sólo se reconocen los límites del determinismo, sino que incluso se llega a entender la causalidad de forma no unívoca, necesaria y lineal, de modo que resulta compatible tanto con el azar como con la libertad.
Compatibilizar la naturaleza humana con la cultura humana y la genética con la ética es la misión que se propone nuestra autora en el libro que reseñamos.
Para ello divide el libro en dos partes. En la primera trata sobre la ciencia genómica y en la segunda sobre la praxis genómica. El libro no es meramente descriptivo sobre los conocimientos actuales en genómica y de sus aplicaciones, fundamentalmente, en medicina; la autora va dejando su impronta filosófica sobre el relato de los hechos científicos. Así nos dice: “La genética, por así decirlo, deja una especie de abertura, de hiato; un margen de in-determinación y des-programación (o acaso de sobre determinación) que hace posible, justamente, el reino de la posibilidad y la libertad; de la acción consciente, intencional y creadora, propia del ser humano, el constructor de su mundo simbólico, ético e histórico, social y cultural. El reino de su intrínseca autonomía y dignidad”.
Juliana González
Sobre las múltiples controversias que la genómica está haciendo aparecer y que trata en la segunda parte del libro (medicina genómica, manejo de la información genética, genética de poblaciones, el estatuto del embrión, la clonación humana y la eugenesia) entiende que se debe volver lo que Engelhardt denominó “rescatar la legitimidad moral de la bioética secular” en la medida en que ella busque resolver las disputas no por la vía de la fuerza o la imposición, sino del consenso. Esto es lo único que presta autoridad moral a la bioética. El consenso y el consentimiento voluntario son, para la autora, los medios pacíficos en que se funda la bioética secular y que permite tender lazos y puentes entre extraños morales, así como propiciar las virtudes de tolerancia, respeto, liberalismo y prudencia que rigen también para los “amigos morales”.
La autora no deja atrás ninguno de los más acuciantes problemas de la praxis genómica en su doble vertiente, de fundamentación filosófica y de utilidad médica. Se pregunta ¿Para quién la medicina genómica, o la proteómica o la nutri-genómica?, ¿cómo solucionar la brecha de desigualdad que se abrirá entre quienes puedan acceder a la genómica y quienes no?, ¿cómo abordar el problema de las patentes en biotecnología, en los descubrimientos y /o inventos que tienen que ver con el material genético?, etc. Sí es cierto que en todo momento las preguntas tratan de ser respondidas desde lo que la autora comprende por naturaleza humana.
“La naturaleza humana o condición humana la comprendo en tres sentidos distintos: como naturaleza constitutivamente contradictoria y contingente: ser y no ser, ser así o de otro modo; como naturaleza onto-histórica, que conlleva tanto la realización o frustración de lo propiamente humano, tanto la humanización como la deshumanización o inhumanidad del hombre real. Y como naturaleza histórica humanizada regida por una idea de hombre, y por valores ideales, deberes, históricamente propuestos”.
Este modo de entender la naturaleza humana le permite ir dando respuestas a las preguntas más complejas que en estos momentos tiene planteada la bioética sobre el inicio de la vida. Sirva como ejemplo, como aborda el problema del estatuto del embrión.
“Sólo dentro de categorías dialécticas y no esencialistas puede, así, comprenderse el hecho de que el embrión sea y no sea “humano” al mismo tiempo; que desde el inicio de la vida embrionaria esté en cierta forma presente la naturaleza humana, pero que a la vez no lo esté, en tanto que prevalece su carácter potencial (pluripotencial), esencialmente indeterminado[…] Nada es “esencia”, todo es “esencial” en el proceso embrionario de gestación de un nuevo ser vivo. El proceso entero es en términos de Gracia, “constituyente”, y esto significa que, sin romperse la continuidad se vayan dando “saltos constitutivos”, “saltos esenciales” variaciones que no son meramente accidentales […] aristotélicamente podría decirse que se van actualizando las potencias. Pero lo que importa es que, de cada actualización o acto, surgen nuevas potencias que no existían en el estadio anterior “.
Afirma que el embrión humano posee un estatus peculiar del que depende su estatus moral y jurídico pero que, sin embargo, antes del momento de su implantación en un útero materno, el embrión está ciertamente separado, existe en sí , pero sólo será en el útero materno donde empezaría su constitutiva condición de ser- en-relación, rasgo radicalmente humanizante de la vida. Y todo ello le permite citar a E. Schroten: “Si un embrión humano se deja sólo, morirá. En otras palabras, compartir una herencia genética humana es una condición necesaria pero no suficiente para convertirse en un ser humano. Y ya que los embriones sobrantes no cumplen con estas condiciones, no se convertirán en seres humanos y no deben, por tanto, ser tratados como tales”
Sobre las posibilidades futuras de clonación humana o las mejoras eugenésicas afirma:
“Lo humano del hombre es la libertad de ser, sobre la base de lo que puede no ser. Y es esto lo que justamente podríamos mutar: la libertad bio-ontológica. La gran tentación entonces es en el fondo la de renunciar a la libertad, o más bien, la de sustituir la libertad por la perfección”.
Juan Carlos Hernández-Clemente.
Webs de interés.-
Los Ig Nobel 2012
La entrega anual de los premios IgNobel va recibiendo cada año una mayor atención mediática. Definidos como una parodia del Premio Nobel, se conceden para destacar logros científicos que «primero hacen reír a la gente, y luego le hacen pensar», por su valor inusual e imaginativo y por estimular el interés general por la ciencia, la medicina y la tecnología,como afirma la web de los premios, creados y organizados por revista de humor científicoAnnals of Improbable Research. En la ceremonia, que se celebra en el Sanders Theatre, de laUniversidad de Harvard, intervienen auténticos premios Nobel que presentan a los ganadores.
Los primeros Premios Ig Nobel fueron otorgados en 1991 (este año ha tenido lugar la XXII edición de los galardones), aunque en aquella primera ocasión se premió a descubrimientos «que no podían, o no debían, ser reproducidos». Posteriormente el abanico de motivaciones se ha ampliado. Existen antecedentes de concesiones que encierran una crítica no del todo sutil, como los premios otorgados a las juntas estatales de la educación deKansasyColoradopor su postura en relación con la enseñanza de la evolución, o el concedido a la revista Social Text tras publicar como auténtico el ejercicio paródico que dio lugar al llamado Affaire Sokal.
En otras ocasiones, los IgNobel premian a trabajos científicos que tienen algún aspecto humorístico o inesperados, desde la constatación de que la presencia de los humanos puede excitar sexualmente a los avestruces hasta la afirmación de que losagujeros negroscumplen todos los criterios requisitos técnicos exigibles para ser la ubicación delInfierno.
La presentación en la prensa de los IgNobel tiene un cierto toque de varieté (de la risa que suscita en primer lugar cualquiera de sus ganadores) pero que prescinde del elemento más profundo (ese “hacer pensar” posterior) que según sus organizadores suscitan los trabajos premiados. Para otros, estos galardones son el contrapunto “pequeño y bello” que todavía puede encontrarse en la Ciencia, frente a las “grandes” investigaciones, multicéntricas, con presupuestos desorbitados y decenas de autores implicados, que caracterizan a los estudios de la Física y la Genética.
Recogemos un interesante ejemplo de trabajo ganador del IgNobel. Los estadounidenses Craig Bennett, Abigail Baird, Michael Miller y George Wolford obtuvieron el galardón en el campo de las Neurociencias por un interesante estudioque demostraba que la acumulación de errores estadísticos para la interpretación de técnicas de Resonancia Nuclear Magnética permitía llegar a resultados que indicaban actividad cerebral significativa en tests cognitivos en un salmón, muerto, por lo demás. El planteamiento es humorístico o irónico, pero el trasfondo dista mucho de serlo y cuestiona muchos de esos trabajos que afirman haber encontrado el asiento de tal o cual facultad o cualidad en una determinada zona del cerebro humano.
Juan Medrano
Bilbao
Artículo comentado.-
Suzana KE, Epstein RM Turning Toward Dissonance: Lessons From Art, Music, and Literature. Journal of Pain and Symptom Management 2012; 43(2) 293-298
La tesis central de este articulo afirma que el arte es gestión de la tensión y la disonancia, y que esta gestión emocional es parecida a la que realizamos los clínicos en situaciones complejas cuando no comprometidas. Afirman los autores:
“Por un lado, muchos médicos tratan de proteger a los pacientes de sus propias historias por temor a que ellos no puedan ni entender la complejidad ni hacer frente a la dificultad de su situación. Por otro lado, en los cuidados paliativos, se nos pide que Fuertes ante el sufrimiento. Esto permite que la historia se despliegue, para pasar de disonancia a lo que pudiera tenir un sentido”.
Epstein ya nos había hablado en otras ocasiones de que el medico o profesional de la salud es algo así como un instrumento musical que debe afinarse constantemente. Pero aquí toma otro símil: la propia historia del paciente, la situación clínica, como partitura que debe comprenderse:
Music has the potential to expand the capacity to find beauty in dissonance. As a complex and mature piece, Brahms’s A German Requiem goes from dissonance to dissonance delements
within each dissonance leading to resolutions that are only partial and that carry the listener
through a range of emotions. Mourners don’t leave the concert hall during the second movement of the Requiem; they stay,drawn in by the introduction of exquisitely sculpted melodies whose beauty brings those dissonances into even sharper relief.
Muchos músicos consideran la armonía un juego entre tensión y relajación. Las situaciones clínicas tienen mucho de eso, y hay que saber encontrar la armonía propia de cada paciente y cada escenario, vienen a decirnos. Y como ejemplo citan la conferencia de Benjamin Zander, que ofrecemos a nuestros lectores. No se la pierdan. Pero antes lean por favor esta aportación de los autores:
The performance, thus, is art -it is not ‘‘natural’’ in the sense of a heartbeat or birdsong- but rather beautifully and intentionally crafted. In the face of discord, horror, and suffering, empathic responding is, in a certain way, not a ‘‘natural’’ response either. Natural responses are to withdraw from pain and ugliness and seek calm, peace, and comfort. Art and medicine teach us that beauty
does not emerge from mindless tranquility but rather can be discovered when we delve into the very dissonance that we instinctually try to avoid.
La Redacción.
VIDEO RECOMENDADO
En este video Benjamin Zander explica la diferencia entre tocar una pieza e itnerpretar una pieza muscial. Mutatis mutandi…. atender a un paciente o cuidar de un paciente.
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